Vereda del Camino de Villaralto

Este verano está siendo especialmente caluroso y no apetece mucho salir con la bicicleta sobre todo si vas solo. Afortunadamente me encuentro con Fran y Rafa, dos miembros del recién creado Club MTB Villaduqueño, y me animo a realizar una ruta fácil y sin desniveles por los alrededores de Villanueva del Duque.

El recorrido nos llevará a las localidades de Villaralto e Hinojosa del Duque a través de caminos secos y arenosos que los rigores del verano han dejado. No es la mejor época para visitar la zona. Cada cientos de metros encontramos algún cortijo o granja que rompe el paisaje de grandes pastizales y dehesa de encina bastante aclarada. No recuerdo donde leí que las dehesas ibéricas, junto con las selvas tropicales, son los parajes con mayor biodiversidad vegetal del planeta.

De Villanueva salimos de camino a Villaralto a través del paraje de las Tierras de Abajo. Una vez, en Villaralto, callejeamos antes de dar con el camino de salida que nos lleve por la Vereda del Camino de Villaralto hasta Hinojosa del Duque.

El único espacio verde y fresco lo encontramos en la ribera del río Guadamatilla donde algún álamo sobresale entre cientos de adelfas, tamariscos, carrizos y juncos que pueblan los márgenes de este pequeño río estacional que en unos kilómetros más al norte desembocará en el embalse de La Colada.

La llegada a Hinojosa del Duque la hacemos a travesando el paraje de Los Lotes donde se dice que habitan las encinas más ancianas del mundo(entre 400 y 800 años de edad). Algunas yacen en el suelo a causa de la enfermedad, rayos u olvido.

En Hinojosa hemos dejado a Rafa a causa de un molesto dolor de rodilla que le impide seguir con nosotros. En un rato vendrán en coche a por él. Fran y yo continuamos nuestro recorrido saliendo de la localidad por la pista de San Bartolomé. El regreso es rápido gracias al buen estado de la pista que recientemente ha sido arreglada.

Vamos pasando la Ermita de San Bartolomé, las minas de Los Almadenes, el cruce con Fuente la Lancha, de nuevo el río Guadamatilla, el cortijo del Jardoso, hasta coger un desvío a mano izquierda que nos sale un par de kilómetros antes de llegar a la carretera A-435(la del Cuartanero).

Estamos en la zona de la Dehesa Boyal del Villanueva del Duque(aquí conocida como la Gesa). Curiosamente por este paraje, poco o muy poco he estado con la bicicleta y agradezco que Fran me haga de guía. Al rato salimos al arroyo Cañadabélmez y tras superar un fuerte repecho, llegamos al Area Recreativa de la Dehesa Boyal.

Un recorrido que no supera los 50 kilómetros de distancia sin pendientes considerables que se puede hacer en poco más de tres horas a un ritmo de paseo. Recomendable en primavera.

Como siempre os dejo el track en Wikiloc.

La Sierra Sin Nombre

Muchas veces no nos acordamos de lo que tenemos hasta que no viene alguien de fuera para recordárnoslo. Así ocurría hasta que mi amigo Manuel Conchuela, que vino desde la capital de la Unión Europea, me pidió que le enseñara los mejores parajes serranos de la comarca de Los Pedroches.


Intentar realizar un recorrido de cuatro horas por estas sierras que separan las comarcas cordobesas de Los Pedroches y Alto Guadiato no es fácil. Son tantos los caminos que recorrer, cerros a los que subir y parajes que mostrar que en un recorrido de poco más de cincuentas kilómetros no tengo ni tiempo ni espacio para mostrarle todo los que me gustaría enseñarle. Y sobre todo, cuando en tu recorrido te salen al encuentro un buen número de ejemplares de la rica fauna ibérica, que hacen que tengas entretenerte un poco.


No sería más de las siete de la tarde cuando quedaba con Manuel a la entrada de Villanueva del Duque. Llegaba en un flamante Mercedes que cargaba, la mucho más espectacular Scott Spark, en un porta bicis trasero. Tras unos años de contacto vía correo electrónico, por fin, nos conocíamos en persona. El año pasado no pudo ser, ya que sus vacaciones en tierras españolas no coincidieron con las mías. De todas formas, me dejó su Ruta de las Asperillas. Afortunadamente, este año, hemos podido coincidir ambos unos días en nuestros respectivos “pueblos”. Él de Peñarroya, yo de Villanueva del Duque, ambas localidades distanciadas poco más de 30 kilómetros compartieron un importante pasado minero que hizo que ambas localidades tuvieran mucha más población que la que cuentan en la actualidad. Hoy en día, ese esplendor pasó y sólo queda un olvidado legado minero en forma de viejas minas y vías de tren.


Mi intención es llevarle directamente a La Sierra, para ello, nos dirigimos directamente hacia “la pista del 4”. Allí le muestra los restos del antiguo ferrocarril de vía estrecha que comunicaba mi pueblo con el suyo, importante punto minero que sacaba los minerales extraídos de las minas hacia los puertos marítimos. Le hablo de la posibilidad de fomentar el turismo de la zona, con la puesta en valor de la Vía Verde del Ferrocarril de Los Pedroches. Idea que ronda entre los agente turísticos de la zona pero que no tiene mucha voluntad política. El me habla de lo bien que comercializan otras comarcas europeas sus valores turísticos y me compara Los Pedroches con La Toscana italiana. Lástima que estas tierras estén tan mal comunicada y alejadas de Europa.


Mientras hablamos, nos sorprenden unos magníficos ejemplares de venados que se nos cruzan en el camino. Con una gran habilidad y fuerza, salta una valla de algo más de un metro de altura y se ocultan en la tupida masa arbustiva que puebla estos primeros cerros de Sierra Morena. Optamos por el camino del Zauzón para adentrarnos en la zona de pinos, una breve parada en la Era de Perdío antes de afrontar las duras rampas que nos dejarán cerca de La Zarca. Descendemos por el cortafuego que bordea La Romera antes de buscar el arroyo Zurriango. Tenía ganas de enseñarle este paraje que permite contemplar una perspectiva de Peñaladrones.


En una charca próxima a la Huerta de los Leones, sorprendemos(o nos sorprende a nosotros) a un buitre que habita los cercanos cortados rocosos. Al verse sorprendido intenta volar pero el peso del agua ingerida impide que remonte el vuelo. Asustado por nuestra presencia, hace un ademán de atacarnos. Menudo susto me doy cuado veo acercarse el pico y las garras de esta potente ave sobre mi. Interpongo la bicicleta entre ambos para evitar malos mayores. Cuando se calma logro sacar unas fotos del ejemplar y continuar nuestra marcha.


La noche se echa sobre nosotros y tenemos que volver al pueblo. En el Puente de la Teja decidimos volver por el camino más corto y directo. Nos hemos dejado algunos de los parajes que quería enseñarle a Manuel, por el contrario a tenido la oportunidad de vivir de cerca la actividad de la fauna que habita estos parajes. Seguro que cuando vuelva a Bélgica, contará a sus amistades la belleza natural de España, de cómo se puede contemplar fauna en su estado natural y cuan distinto es este país del resto de Europa. Tenemos la suerte de conservar espacios naturales donde poder disfrutar de la naturaleza salvaje y tenemos la obligación de conservarlos para nuestros hijos.


Como siempre os dejo el track GPS en Wikiloc.