La Casa de las Bóvedas. Sierras de Santa Eufemia. (I parte)

No sé de que forma había llegado hasta mi la existencia de un paraje perdido donde se mantienen en pie las ruinas de lo que hace tiempo fue una antigua casa solariega que llaman La Casa de las Bóvedas.

La ruta tenía todos los condimentos que me gusta: un recorrido desconocido, el encanto de un paraje olvidado por el paso del tiempo y una buena distancia en kilómetros con la que entrenar un poco.

Debido a la distancia y a los numerosos hitos que creo interesante que conozcáis he decidido dividir la ruta en dos partes para hacerla más amena: La Cása de la Bovedas será la primer parte y Estación de Belalcázar-río Zújar será la segunda parte.

rio Guadarramilla
Había dejado para el penúltimo día de mis vacaciones de Semana Santa esta ruta de larga distancia. Era Domingo de Resurrección y la familia tenía planes, las niñas con mis padres al campo a comer y mi mujer también disfrutaría de unas horas para ella sola. Tenía vía libre. Para esta ruta necesitaba de tiempo y de no estar presionado con llegar a una hora determinada a casa.

El recorrido era desconocido en su mayor parte, no sabía lo que me iba a encontrar ni conocía el estado de los caminos, temía encontrarme caminos cortados, arroyos infranqueables o que me diera una "pájara". Más o menos tenía una idea clara por donde iba a ir pero, como en todas expediciones, los contratiempos y errores te hacen ir cambiando los planes. Incluso mi propia curiosidad e impresiones puntuales fueron modelando un recorrido que finalmente salio perfecto. Volví encantado del recorrido que me había salido. Había sido una ruta que tenía de todo y que a pesar de la distancia(107 kms) tenía algún tramo asfaltado que hacía más fácil completarla. Bueno,... casi encantado.

Sierra de Santa Eufemia
A un par de kilómetros de la salida desde Villanueva del Duque sufro una inoportuna caída propia de novato. En una pequeña rodera, y casi parado, doy con mi cuerpo en el suelo con la mala fortuna de golpearme el costado derecho. Aparentemente no había sido nada pero cuando me subo a la bici, noto que el traqueteo propio de la bici me ocasiona una ligera molestia en el pecho. Pensé que pronto se iría el dolor. Aún hoy, diez días después, este dolor perdura y me ha dejado en "dique seco" durante estos días pero en ese momento no me importó para completar los planes que tenía pensados. Mucho tiempo pensando en esta ruta para que un golpe en el pecho me impidiera completarla.

Los primeros kilómetros son conocidos. Tras cruzar Villaralto rápidamente sigo hasta El Viso. A penas toco el casco urbano de esta localidad buscando los caminos que me dirijan hacia el Cañada Real de la Mesta. Son muchos los caminos que llevaban hacia esa dirección, pero con la construcción del Embalse de La Colada han quedado inutilizados. Voy más o menos enlazando caminos en esa dirección, hasta que en una granja de pollo paro a preguntar a unos vecinos por el camino correcto y más directo. Tras unos minutos donde les cuento mis plantes, me informa por donde debo ir, para ello me indica el camino y me informan de las dificultades que tendré en pasar por el río Guadarramilla debido al insospechado caudal que lleva.

Tras llegar al río confirmo las sospechas. Cruzar el río montado en bici por el camino es una mala opción, demasiado caudal, algo de profundidad y anchura considerable. Hacia el lado izquierdo, encuentro un paso factible por una especie de presa, que aunque me mojos los pies es fácil de cruzar. Dejo el río atrás y remonto un fuerte repecho hasta encontrar la carretera que se dirige hacia la Colada y en paralelo a ella la Cañada Real de la Mesta.

Abandono la Cañada para seguir por un camino que sigue en dirección norte. Empieza la parte interesante y desconocida para mí. Los primeros kilómetros no tienen dificultad algunas salvo puntuales repechos. Voy bastante entretenido disfrutando del interesante paisaje que se me presenta con la Sierra de Santa Eufemia de telón de fondo. Son varios los cortijos por los que paso: Linarejos, del Búho, Covatillas,… que hacen distraído el recorrido. Al cruzar la carretera que une Santa Eufemia con Belalcázar el camino está en peor estado. Hemos pasado de recorrer extensos campos de cultivo y dehesas aclaradas por caminos blancos y fáciles de circular a entrar en terrenos más abruptos de caminos rojos y ocres donde las piedras y las huellas de los tractores dificultan el pedaleo.


Finalmente llego hasta una pista donde el paso del tiempo y la falta de conservación está eliminando la capa de asfalto. Estoy en la carretera que une la Estación de Belalcázar con Santa Eufemia. El panorama me incita a desechar la opción de seguir por la carretera y sigo en dirección a unos enormes canchales que llaman poderosamente mi atención. Una fuerte subida me deja junto a esos canchales y a una granja abandonada. Dudo si seguir o darme la vuelta. Con precaución y temor a que unos mastines salgan a mi encuentro, me acerco a inspeccionar la construcción. Debe de llevar algún tiempo abandonada. Continúo por el camino que sigue por el costado izquierdo de la granja.
Canchales Sierra Santa Eufemia
Toda la cota que había ganado la pierdo en pocos metros, tras un descenso fulgurante que me deja junto a un pequeño arroyo. Decido seguir por el camino que sigue paralelo al arroyo. La opción es inevitable si no me quiero apartar de mi destino pero el camino es horrible de piedras. Sufro mucho por el golpe en las costillas lo que me obliga ir muy despacio. El paisaje es espectacular, agreste, duro y solitario. Tras atravesar de nuevo el arroyo y continuar unos metros por el camino, me desvío hacia la derecha. Estoy en la peor parte de todo el recorrido. El camino pica hacia arriba con un desnivel considerable y mucha piedra. Voy sufriendo pero con mucha ilusión, estoy llegando a mi destino. Estoy ansioso por conocer La Casa de las Bóvedas. ¿Raro que es uno? Tras cruzar una cancela, la cual vuelvo a cerrar, vuelvo a bajar para volver a subir. Este camino es un rompepiernas.
coto cercano Casas de las Bovedas
De pronto me topo con una valla cinegética(de las altas). Me encuentro algo confundido. No sé si estoy dentro o estoy fuera de la finca cinegética. ¡Pero si yo no he pasado por ningún sitio prohibido! Entonces debo estar fuera… pero tiene pinta que estoy dentro del coto de caza... ¡Más confusión!
Llego a un pequeño collado desde donde se pueden comtemplar de unas magníficas vistas y cruce de caminos donde se presentan dos opciones. Dudo si saltar la valla o seguir por un camino que baja. Al otro lado de la valla sigue paralelo otro camino en mucho mejor estado que por el que voy yo. Decido seguir. Según bajo, con mucha precaución, veo La Casa de las Bóvedas al otro lada de la valla. Me temo que voy a tener que saltar pero…. ¡suerte! Una cancela bastante grande y sin candado. Abro y cierro. Ya estoy en mi destino deseado.

No he podido conseguir mucha información de la Casa de las Bóvedas. Sólo he conocido que fue erigida en el siglo XV y que lugar de solaz y descanso de los Señores de Santa Eufemia.
Como curiosidad sorprende que este paraje pertenezca al término municipal del El Viso.

La casa se encuentra en bastante mal estado, como podéis comprobar en las fotos. Desconozco la propiedad de la misma y veo difícil, por lo apartado del lugar, que un negocio de turismo rural pueda sufragar el gasto que conllevaría su restauración. Supongo que terminará engullido en un coto cinegético que haga desaparecer este singular y apartado tesoro de Los Pedroches.

El paraje es precioso y un buen lugar para pararse a comer.

Sigue la segunda parte del recorrido por La Estación de Belalcázar-Río Zujar

El Hundidero. Sierra de Pozoblanco

Aunque algo dura la ruta por El Hundidero es idónea para el ciclista que quiera hacerse una idea de la zona más abrupta de la comarca de Los Pedroches. El recorrido nos ofrecerá un variado paisaje entre los que destacan las famosas dehesas de encinas, las manchas típicas de monte mediterráneo o las verdes zonas de pastos pero donde destacan por su difícil ubicación, los olivares serranos cultivados en las fuertes pendientes de los cerros.

El Hundidero

Hace unos días el grupo conservacionista Guadamatilla informaba de la realización de una ruta por el paraje serrano denominado El Hundidero. Situado a unos 18 kilómetros al sur de la localidad cordobesa de Pozoblanco, de la ruta comentaban, que aparte de ser de una gran belleza paisajista, era muy frecuentada por ciclistas de montaña debido a su dureza de sus rampas. Ante tales indicaciones no me quedaba mas remedio que acercarme por la zona y comprobarlo con mis propios ojos.


Una vez decidido ir hasta la zona me quedaba por resolver el camino que debería llevar. Afortunadamente encontré en Wikiloc una ruta mountainbike que saliendo desde Pozoblanco se adentraba en la zona en un recorrido circular. Enganchar desde Villanueva del Duque con la ruta marcada era fácil, sólo había que llegar hasta las minas de los Almadenes y seguir hasta la Atalaya.

El primer tramo me resultó bastante fácil, sólo había que seguir por caminos ya conocidos y con ayuda del GPS seguir el track cargado. El único problema era sortear los numerosos charcos que todavía resisten en los caminos y evitar coger una rodera de mala manera que hiciera que diera con mis huesos en el suelo.

Los Pedroches

Salí de Villanueva del Duque por la carretera rural que sale a la carretera N-502 a la altura del Centro Hípico. Tras un pequeño tramo de camino salgo a la pista asfaltada que se dirige al Centro de Tipificación de la Coovap. Hubiera optado por otra ruta, evitando el asfalto, pero prefería reservar fuerza para lo que me esperaba.

Tras dejar atrás las instalaciones de la Coovap continúo sin abandonar el camino por una zona de monte bajo y pequeñas fincas. Al llegar a las minas de los Almadenes gira a la izquierda y llegar hasta el pequeño núcleo de La Atalaya (¿creo que se llama así?). De nuevo un giro, esta vez a la derecha, para seguir por la denominada Vereda de la Gargantilla. Este tramo es bastante interesante debido a lo sinuoso del descenso hasta la carretera CO-6410.

La Loma del Puerco

Ahora quedan dos kilómetros por carretera lo que facilita la subida que hay que realizar por La Loma del Puerco. En un pequeño puerto, desde donde se puede apreciar una excelente panorámica de estas sierras, debemos tomar una pista forestal que sale a mano izquierda. Tras un pequeño tramo en ascenso, seguirá un largo y divertido descenso por un camino que sigue las cotas máximas de estos cerros. El camino es ancho y recorre unos grandes cotos de caza donde podemos atisbar la presencia de ciervos, a los que asustamos a nuestro paso.

sierra morena cordobesa

En la parte final de estas lomas encuentro una gran depresión que baja hasta un arroyo, luego me entero que se llama Arroyo Cañada. Estamos dejando el monte mediterráneo y entramos en los dominios del olivo, los cuales literalmente cuelgan de las fuertes pendientes de los cerros. El descenso hasta el arroyo es peligroso, fuerte pendiente, grandes piedras y profundas grietas pone en peligro mi estabilidad sobre la bici. Por la profundidad del barranco, en un principio creo haber llegado hasta El Hundidero, pero compruebo en el GPS que aún me quedan algunos kilómetros todavía.

Arroyo Cañada

Si peligroso fue el descenso, tremendo fue el ascenso. Acostumbrado a llevar una tendencia negativa, encontrarme con estas duras rampas, me disparan las pulsaciones y los primeros síntomas de fatiga. Además me encuentro con una cancela con candado que debo saltar. A los pocos metros llego a la carretera CO-6411.


Otro pequeño recorrido por asfalto para llegar, por fin, al comienzo del Hundidero. El comienzo es relativamente tranquilo, lo que nos permite contempla el tupido y verde manto verde que cubre estos cerros, que parecen más elevados que por los que venimos. A nuestra izquierda monte mediterráneo, a nuestra derecha largas hileras de olivos. Por el fondo del barranco, un tímido arroyo Tomilloso se abre paso entre estos altos cerros. El lugar, tranquilo y apacible, es un buen sitio para tomar un descanso y aprovecha para beber y comer algo.

Olivares serranos en los pedroches

Después del pequeño avituallamiento continúo mi camino, esta vez, toca subir. Las rampas son duras, el terreno agreste y estamos rodeados de olivos. Además encuentro numerosas vallas en las que debo parar perdiendo el ritmo y con la dificultad añadida de tener que arrancar en cuesta.

El Hundidero

La vida aquí debe ser dura, no sólo la recogida de aceitunas en esta orografía tan accidentada tiene que ser una tarea ardua, sino que el trabajo de arado, poda y demás tareas de mantenimiento debe senr bastante difíciles y costosas. Yo sólo puedo hacerme una idea de la dificultad de acceso por estos caminos con rampas de gran pendiente. Tardo mucho en superarlas, ahora entiendo que los ciclistas locales incluyan este duro tramo en sus rutas, ya que sirve para medir las fuerzas y habilidades que uno tiene. El tramo termina en otra carretera, esta vez es la CO-6413.

entrada al Hundidero

Es hora de regresar a casa, para ello, apenas seguimos 200 metros por carretera en dirección a Pozoblanco, para desviarnos por un camino que aparece a nuestra derecha. El terreno se suaviza y las plantaciones en hilera de olivos dan paso a cálidas dehesas de encinas encerradas en muros de piedra. Es el paisaje típico de Los Pedroches, el que seguro, será la imagen idealizada que la gente de fuera tenga de esta comarca.

Santuario Virgen de LunaLos caminos se encuentran en mal estado por influencia conjunta de la lluvia y el paso de vehículos de motor que han dejado sus profundas huellas en el terreno. El siguiente punto es el Santuario de la Virgen de Luna.

Antes deberé cruzar un arroyo en el que me mojo los pies. Mal asunto, ya no se secarán y en el último tramo de la ruta me pasará factura. En este conocido lugar de romería y culto paso a pedir agua al guarda que la ermita. Este hombre me vuelve a salvar la vida, sin agua, las hubiera pasado bastante mal hasta Pozoblanco. La última vez que le pedí agua fue el año pasado en mi ruta a Cardeña.

dehesa en Los pedroches

Como no quiero llegar de noche (aunque llevo el foco), sigo por la pista asfaltada(a medias) hasta Pozoblanco. Creo que son algo más de 10 kilómetros que hago rápido, ya que he recuperado fuerzas gracias al agua y a un gel. Cruzo Pozoblanco por la Ronda de los Llanos sin pararme. El último tramo hasta Villanueva del Duque la realizo pasando por la Ermita de San Martín de Añora, se desvía un tanto del camino recto, pero me apetece más. Además de evitar la depuradora y cruzar el arroyo, el entorno es más bonito. Llego a Villanueva con los pies congelados, apenas unos tímidos rayos de sol aparecen por el horizonte y la temperatura ha bajado bastante. Ahora ducha, cena y a la procesión de Jueves Santo.

Una vez en casa y visto los datos de la ruta, me sorprendo del alto índice IBP(110BC) que tiene la ruta para una distancia relativamente corta(78,496 Kilómetros). La clave ha sido el Desnivel positivo superado(1493,35 metros). El recorrido duro se ha concentrado en el tramo central de la ruta, un comienzo y un final fácil hace que la ruta a pesar del D+ sea asequible.

Como siempre os dejo el track GPS en Wikiloc.