Ruta circular que no llevará por los cerros más elevados y las peñas más curiosas de las sierras al sur de Villanueva del Duque.
El
Domingo de Resurrección pintaba un poco bastante aburrido. Debido al que el tiempo no acompaña mucho y que mis herman@s habían salido pronto para evitar las retenciones de tráfico en la entrada a Madrid, no habíamos salido al campo a celebrar el tradicional
Dia de los Hornazos.
Al final, la idea de volver a Madrid y de no poder disfrutar en un tiempo de la bici por Los Pedroches, me anima a salir un rato después de comer. Llevo mucho tiempo con ganas de conocer la zona comprendida entre el
Cerro el Sordo y el Cerro de la Romera. Esta zona que está catalogada como espacio protegido en el
Plan Especial de Protección del Medio Físico de la Provincia de Córdoba(pagina 221), tiene zonas de titularidad pública y otras privadas con lo tengo dudas que pueda rodar con libertad.
Como no tengo mucho tiempo decido ir en coche hasta el desvío de la
pista que une Pozoblanco con Belmez que lleva hasta
Azapiedra.
El primer kilómetro me sube hasta la finca de
Azapiedra, un cartel de prohibido el paso, me hace tomar el camino de la izquierda que me lleva hasta un remolque convertido en casa de campo. Un poco mas arriba una familia disfruta de un día de campo en su cortijo, supongo que degustando el tradicional hornazo. El camino tiende hace arriba y con mucha piedra que me dificulta el pedaleo. He dejado el
cerro Gavilán atrás y, ahora, bordeo el
cerro de la Jabalinera, donde los pinos se mezclan con las encinas y las jaras.
Como voy sólo y no conozco la zona, me limito a rodar por las pistas forestales, esperando otros días para conocer los diversos senderos, mucho más atractivos, con los que me voy cruzando. Entro en la zona de pinos y sigo por las pistas. Prolongadas subidas dan paso a fuertes descensos. Me muevo entre la frontera comarcal de
Los Pedroches y el
Valle del Guadiato.
Abandono la zona montañosa y entro en el valle que forma el
río Guadalbarbo que nace un poco mas arriba en el
cerro Pelayo. Al otro lado del cauce se encuentra la
Peña la Osa y Peña Crispina, donde existe un radio-faro y, muy cerca, una pista de aterrizaje. Ahora la encina y el alcornoque van ganando terreno al pino. Voy rodando por la
pista de la Zarca, pero antes de llegar al cortijo, decido dar un rodeo para ver que se esconde detrás de ese collado que adivino existe unos metros más arriba. Una vez en el deseado collado, descubro las esplendidas vista de los cerros de
Juan Ruíz, la Romera, la Zarquilla, el Sordo y algunos con nombre desconocidos por mi. Otra vez, subidas prolongadas y fuertes descenso por pista forestal acompañado de pinos de repoblación. Salgo de nuevo a la
pista comarcal que une Pozoblanco con Belmez a la altura del
cerro de la Romera. A través de esta pista llego hasta la
dehesa de Pelayo, con su famoso pico presidiendo el pequeño valle. Abro la cancela que me lleva hasta el cortijo y tres preciosos mastines blancos me reciben con ladridos. Enseguida me doy cuenta que traen buenas intenciones y no me preocupo(movían el rabo de forma amistosa). De todas formas, había salido el pastor del
cortijo Pelayo. Ya antes había mirado en el catastro la titularidad pública de este camino, cosa que me confirma el pastor. Después de habla un rato con él, continúo por el camino hasta
La Zarca. En ruina, este cortijo fué utilizado por los retenes del ICONA durante los trabajos de reforestación y mantenimiento de estas sierras.
Ya voy de vuelta, en vez, de continuar por la
pista de la Zarca, cojo un camino,
vereda de La Zarca se llama, más pequeño, que me hace rodar, por algunos tramos, junto al río
Guadalbarbo. En esta zona me cruzo con bastantes ciervos que han bajado al río a beber aprovechando las últimas luces de la tarde.
Tengo que darme prisa porque el sol se está poniendo y como me despiste me cae la noche por esta zona que es bastante fácil perderse. En un puente sobre el rió
Guadalbarbo cojo una pista que me llevará hasta el
Puerto de la Cruz. Otra vez, una prolongada y fuerte subida hasta llegar al puerto. A partir de aquí ya conozco el camino de la ruta a la
Antenas del Calatraveño. Ya sólo tengo que bajar y rodar por la falda de la sierra para llegar hasta el punto de origen, completando una agradable e interesante ruta llena de variantes que a seguro me llevarán de nuevo por esta zona.
Lamentablemente me quedé sin batería en la cámara de fotos y no pude tomar todas las fotografías que me hubiera gustado. Otra buena escusa para volver a recorrer estos montes.
Como siempre podéis bajaros el track GPS de la ruta desde
Wikiloc.
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JFDELAFUENTE